Las cruzadas fueron las batallas que se desencadenaron durante doscientos años, aproximadamente entre los años 1095 y 1207 y las mismas se llevaban a cabo entre paganos y cristianos. La razón por la que se realizaban estas batallas medievales se debió al afán de los monarcas de Europa de recuperar Jerusalén de las manos de a quién ellos llamaban «infieles».
La Primera cruzada realizada fue convocada por el Papa Urbano II y fue muy aceptada ya que surgieron muchos voluntarios interesados y dispuestos a liberar a Jerusalén, la misma fue realizada en el año 1099 y fue muy alentadora para todos los cristianos de Europa que se encontraban al mando de Godofredo de Bouillon porque lograron el objetivo principal de conquistar la Santa ciudad de Jerusalén.
Aunque muchas cruzadas resultaron exitosas, no siempre fue así, ya que en la Tercera Cruzada durante 1187, fue ganada por un sultán llamado Saladino, que en compañía de los musulmanes, logró reconquistar Jerusalén.
Cuando se llevó a cabo la Cuarta Cruzada entre los años 1248 y 1254, la ambición económica se impuso ante lo espiritual, razón por la cual un Marqués, llamado Bonifacio de Monferrato fue el líder de un ejército para conquistar la capital bizantina, pero la verdadera finalidad fue apropiarse de las riquezas de Bizancio.
Durante la Quinta y la Sexta Cruzada, Jerusalén se perdió de forma definitiva, para pasar una vez más a manos turcas en 1244. Cerca del año 1270 se realizaron los últimos asaltos de los cristianos, impulsadas por Luis IX de Francia, pero terminó en fracaso.
