No se puede dudar que una de las funciones que cumple el séptimo arte, ha sido la de establecerse como un instrumento a partir del cual se puede comprender el pasado y el presente. En ese orden de ideas el cine no puede dejar de ser pensado como un referente cultural.
A partir de la anterior reflexión, son muchos los productores que están pensando cómo hacer frente a los últimos vapuleados por los quiera través del cine, particularmente porque poco a poco se ha ido perdiendo ese espíritu inherente del séptimo arte.
Al respecto, son muchos los especialistas que se inclinan por anotar que muy buena parte de las personas le han dado prioridad a las propuestas cinematográficas en las que se prefiere dar preeminencia a las escenas de acción y no a aquellas en las que el personaje se ve envuelto en una trama compleja. En otras palabras, el cine ha perdido ese valor que lo hacía tan especial por la complejidad que traía en sí mismo.
Quizá para el espectador de a pie no sea un tema tan relevante, pero para los productores, cineastas y actores comprometidos con el campo del séptimo arte, esta es una encrucijada de resolver, pues los recursos prefieren las ventas y las actividades comerciales, antes que el actuar como un referente cultural.
Finalmente, nada parece la actualidad que pueda hacer cambiar el rumbo por el que se ha decantado el cine, así que tendremos que acostumbrarnos a ello.
