Lupanares de Pompeya y Roma

Los lupanares de Pompeya y Roma

Los lupanares de Pompeya y Roma eran lugares de encuentro para las personas que querían satisfacer sus deseos sexuales. Hoy en día quedan muy pocas de estas viviendas, pero todavía se pueden encontrar varias en los yacimientos arqueológicos de Pompeya. Los lupanares se disfrazaban a menudo de posadas, con carteles o inscripciones muy llamativos que anunciaban su presencia.

También se pintaban hermosos murales en las paredes interiores. Las celdas estaban iluminadas con lámparas de aceite que desprendían un olor desagradable tan intenso (debido a que eran habitaciones cerradas sin ventanas) que cualquier visitante podía ser identificado inmediatamente ya que el mal olor se le pegaba durante varias horas.

Los lupanares de Roma y los pompeyanos de Pompeya: un viaje por la historia y la sexualidad

El Lupanari, un signo romano, puede dividirse en dos categorías: historia y sexualidad, ya que representa el aspecto «crudo» de las tradiciones anteriores. En los primeros siglos después de Cristo, las estructuras de los burdeles se conocían como lupanari, y se utilizaban para vender servicios sexuales.

El término «Lupanare» viene de la palabra latina «Lupa», que significa «prostituta». Pocas de estas estructuras han sobrevivido a los estragos del tiempo, aunque las ruinas de algunos lupanares aún pueden verse en los yacimientos arqueológicos de Pompeya.

Lupanares de Pompeya y Roma
Lupanares de Pompeya y Roma. Foto por jfleszar en Pixabay.

La mayoría de los lupanari eran habitaciones básicas dispuestas en la parte trasera de una posada, y eran visitados sobre todo por las clases baja y media debido al bajo coste de los servicios sexuales. En el lupanari sólo había una cama, luces de aceite y una puerta de entrada (que a veces daba directamente a la calle). Se utilizaba toda la habitación y se realizaban murales eróticos increíblemente explícitos en las paredes. Dos lupanares que sobrevivieron a la destrucción de Pompeya por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. todavía pueden verse en el Regio VII 12 18 de Pompeya.

Los lupanares de Roma

En comparación con Pompeya, en Roma había menos lupanares, a pesar de que la ciudad tenía una mayor población. Aunque sólo había 50 lupanares en toda la zona, se desconoce cuántos burdeles estaban camuflados como posadas y no queda ninguna evidencia de ellos en la actualidad. El Circo Massimo y la Suburra eran los lugares de Roma con más lupanares (en Pompeya, se encontraban por toda la ciudad). Mesalina, la esposa de Claudio, tenía su propia celda privada en el barrio de Circo Massimo, donde se prostituía con el nombre de Lycisca.

Nociones morales y conciencia social en la prostitución grecorromana

Los lupanares, que aún hoy pueden verse en el yacimiento arqueológico de Pompeya, no eran considerados lugares de perdición en la antigua Roma. La prostitución se consideraba en la antigüedad completamente natural e incluso «fisiológica». Nadie se jacta de visitar a las prostitutas («lupe»). Al entrar en un lupanar, muchos hombres llevaban capuchas o pelucas para no ser descubiertos, pero la prostitución no se consideraba moralmente repugnante en general. Era legal satisfacer las propias necesidades sexuales, aunque fuera a cambio de una tarifa.

Autor entrada: Equipo de redacción