Las moscas y el contaminante ciclo vital que deben atravesar

Aunque muchas personas creen que las moscas, esos molestos dípteros de ojos compuestos y hábitos desagradables, viven solamente un día, lo cierto es que se trata de un mito, pues atraviesan un ciclo vital de 4 etapas para poderse desarrollar, y este proceso les permite perdurar aproximadamente por 30 días hasta morir.

No obstante, su estilo de vida se da en medio de áreas sucias, como los excrementos de humanos y heces animales, o cuerpos y alimentos en descomposición, por lo tanto, también es natural encontrar criaderos de moscas en los basureros de la urbe, e incluso dentro del hogar.

Etapas de desarrollo que pasan las moscas

Para poder alcanzar la etapa adulta, las moscas deben cumplir una metamorfosis completa, empezando por un proceso de reproducción ovíparo.

En este sentido, una sola mosca es capaz de colocar hasta 150 huevos de una sola vez, y repetir el desove hasta en 6 oportunidades.

Este constituye el primer estadio de la mosca (huevo), manteniéndose así generalmente alrededor de los siguientes 3 días, cuando pasan al estado larval.

De igual manera, las larvas o gusanos, comúnmente conservan esa fase durante 3 días más, alcanzando así el período de pupa.

Dicho período es el penúltimo del desarrollo, el cual perdura 5 días adicionales, cuando llega a la edad adulta y, normalmente, le salen sus alas.

Al emerger puede vivir entre 5 días o una semana y se reproduce en una sola oportunidad. El tiempo de existencia de las moscas varía dependiendo de la temperatura, depredadores y hábitat.

Daños que pueden causar

Las moscas son vectores de gran variedad de enfermedades infecciosas y bacterianas, de las cuales resaltan la disentería, fiebre tifoidea, cólera, salmonelosis, conjuntivitis, el tracoma y las lombrices estomacales, pero también pueden perjudicar a las personas de otras maneras.

La miasis, por ejemplo, ocurre cuando estos pequeños dípteros colocan sus huevos en heridas abiertas, o las dejan sobre algunos objetos al aire libre, logrando ingresar al cuerpo humano una vez que hacen contacto con la piel, como en el caso de la ropa.

Al suceder, las larvas comienzan a alimentarse ejerciendo una vida parasitaria, comiendo el tejido de las personas o absorbiendo sus fluidos corporales.

Sin embargo, otra vía de acceso para la miasis, es la comida, que constituye una buena manera de asegurar su descendencia.

De allí pueden ocasionarse fuertes infecciones o lesiones en el intestino y el colón, que pasan a ser la nueva fuente nutritiva de las larvas.

Autor entrada: Equipo de redacción