Como patrimonio de la humanidad y atractivo turístico de Polonia, las minas de sal de Wieliczka, se establecen como una visita imprescindible gracias a sus cámaras y capillas con hermosas figuras esculpidas que ilustran la historia de la minería de la sal como al hecho de funcionar desde el siglo XIII hasta hoy sin ninguna clase de interrupción.
Se ubican más exactamente a unos 15 kilómetros de Cracovia y se posicionan como las minas más antiguas de toda Europa dedicadas a la producción de sal de mesa. Popularmente, las personas se refieren a este sitio como «la catedral subterránea de la sal de Polonia” y cabe señalar que si eres claustrofóbico a lo mejor no sea una buena idea adentrarte en sus profundidades.
Qué ver en las minas de sal de Wieliczk
Gracias a una visita guiada que suele durar aproximadamente unas tres horas, es posible caminar por unas 20 cámaras subterráneas repartidas a lo largo de más de 3 km, en los que se observarán cerca de 800 escalones que siempre estarán en bajada. La Capilla de Santa Kinga al igual que la cámara Janowice con sus muchas estatuas y la sala de Nicolás Copérnico son absolutamente recomendadas.
La cámara Warszawa que dispone de restaurante y se alquila para eventos, es el punto final y asimismo el más profundo de todo este recorrido. Para regresar a la superficie, las personas pueden ocupar el ascensor, el cual es igual al que usaban los mineros y por tanto asemeja una especie de jaula oscura que puede resultar un poco inquietante para algunos.