Si se trata de peces particulares, el pez betta es sin duda un ejemplar bastante llamativo a causa de sus tonalidades fuertes y brillantes que se complementan con las singulares formas de sus aletas. Puesto que corresponde a uno de los preferidos para hacer parte de los acuarios caseros, las curiosidades sobre el pez betta al igual que su descripción general y comportamiento dan forma a un conjunto de datos que se convierten en esenciales para todos aquellos que se sienten cautivados por esta especie de pez propia de agua dulce.
Conocido también como el luchador de Siam, el pez betta es nativo de la cuenca de Mekong en el sureste de Asia y hace parte de la familia de los laberíntidos, esto debido a que disponen de un sistema respiratorio llamado laberinto que es el que les facilita lograr respirar fuera del agua por pequeños periodos de tiempo.
Todo lo que se debe saber sobre el pez betta
Capaces de sobrevivir en casi que en cualquier ambiente, el nombre betta surge al tomar como inspiración un grupo de guerreros que eran llamados Bettah. Estos hombres al igual que los nadadores a los que hoy hacemos referencia fueron identificados por ser violentos y excelentes luchadores, de ahí que el pez betta macho sea extremadamente territorial y que le sea imposible convivir con otros machos.
Los machos betta tienen aletas bastante adornadas y son mucho más grandes que las hembras, también son ellos los que se ocupan de construir los nidos y cuidar de los huevos hasta el nacimiento. Esta hermosa especie suele alcanzar los seis centímetros y cuenta con una marcada diferencia de colores entre los betta salvajes y los que viven en cautiverio ya que mientras los primeros son de color verde opaco o marrón, los que se eligen para acuarios revelas preciosos y potentes colores.
La inteligencia de los peces betta
Disponer de un ambiente estimulante para tenerlos en casa, es algo fundamental para que el betta pueda aprovechar toda su inteligencia. Así las cosas, se encuentran en la capacidad de recordar la ubicación de los objetos, realizar tareas complejas simultáneas, cooperar en grupo y hacer uso de herramientas.
Incluso se dice que a través de los cambios de conducta pueden expresar estados de enojo y dolor, de manera que no revisten de dificultad alguna para percibir los estímulos y reaccionar ante ellos. Algunos pueden ser entrenados para realizar trucos y hasta llegan a comer de la mano de sus propietarios.